Por si el placer fuera poco, una buena sesión de sexo podría ayudar a cicatrizar más rápido las heridas

Si te has quemado sacando una fuente del horno, hoy toca. Recientes investigaciones apuntan que el chute de oxitocina tras del orgasmo le puede quitar el sitio al mismísimo aceite de rosa mosqueta. 

Una tarde cualquiera, entregada al scroll infinito en Instagram, el algoritmo me asaltó con un artículo científico. El autor, un periodista de tecnología llamado Chris Stokel-Walker, colaborador habitual de New Scientist, la (autodenominada) más popular publicación semanal del mundo sobre ciencia y tecnología. El titular, más que elocuente: «El sexo podría ayudar a que las heridas sanen más rápido al reducir el estrés».

Tras leerlo hasta el final, llamé a mi sexóloga de confianza. Con ella compartí la tesis que sostiene el artículo: el papel de la hormona oxitocina que se segrega durante los encuentros íntimos en una mayor rapidez en la curación de heridas,,,

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